1. Enumera y resume cuáles son los rasgos específicos del ser humano.
Los más importantes son:
La posibilidad de crear útiles artificiales: con ello se relaciona con el mundo con más posibilidades que los demás seres vivos.
El lenguaje: gracias a él organiza su experiencia de la realidad en forma de pensamiento, lo que le permite ir más allá de la inmediatez de las sensaciones.
La sociabilidad: el hombre tiende a vivir en agrupaciones sociales donde se realiza como ser humano.
La autoconciencia o autoconocimiento: es la posibilidad de darse cuenta de sí mismo y todo lo que le ocurre.
La libertad: el ser humano ante cualquier situación siempre tiene diversas posibilidades de las que tiene que elegir una.
Algunas de estas características son:
- La habilidad para caminar erguido.
- El dedo pulgar oponible que le capacita para realizar operaciones manuales.
- El sistema nervioso más complicado que los demás animales, con un cerebro grande y complejo que contiene unos cien mil millones de células nerviosas.
- Los órganos de fonación que le permiten emitir una amplia variedad de sonidos.
- La dependencia que poseen las crías de sus progenitores. - El período de vida mayor que el de muchos otros organismos.
3. Buscar en Internet imágenes de herramientas de grupos sociales y de pinturas rupestres del Homo Sapiens.
HERRAMIENTAS:


PINTURAS RUPESTRES:


3. Comentar la siguiente frase de Kant: "Gracias a ello es el hombre una persona y por virud de la unidad de la conciencia...". Busca información sobre Kant.
Con esta frase explica la autoconciencia que tiene el hombre, es decir, que es capaz de darse cuenta de sí mismo es el elemento fundamental que hace que el hombre sea el único ser sobre esta tierra que pueda ser calificado de persona.
Immanuel Kant:
(Königsberg, hoy Kaliningrado, actual Rusia, 1724-id., 1804) Filósofo alemán. Hijo de un modesto guarnicionero, fue educado en el pietismo. En 1740 ingresó en la Universidad de Königsberg como estudiante de teología y fue alumno de Martin Knutzen, quien lo introdujo en la filosofía racionalista de Leibniz y Wolff.
Su existencia transcurrió prácticamente por entero en su ciudad natal.Tras doctorarse en la Universidad de Königsberg a los treinta y un años, ejerció en ella la docencia y en 1770, por último fue nombrado profesor ordinario de lógica y metafísica.
En el pensamiento de Kant suele distinguirse un período inicial, denominado precrítico, caracterizado por su apego a la metafísica racionalista de Wolff y su interés por la física de Newton. En 1770, tras la obtención de la cátedra, se abrió un lapso de diez años de silencio durante los que acometió la tarea de construir su nueva filosofía crítica, después de que el contacto con el empirismo escéptico de Hume le permitiera, según sus propias palabras, «despertar del sueño dogmático».
En 1781 se abrió el segundo período en la obra kantiana, al aparecer finalmente la Crítica de la razón pura, en la que trata de fundamentar el conocimiento humano y fijar así mismo sus límites.Pregunta fundamental en su Crítica es la posibilidad de establecer juicios sintéticos (es decir, que añadan información, a diferencia de los analíticos) y a priori (con valor universal, no contingente), cuya posiblidad para las matemáticas y la física alcanzó a demostrar, pero no para la metafísica, pues ésta no aplica las estructuras trascendentales a la experiencia, de modo que sus conclusiones quedan sin fundamento.
El sistema fue desarrollado por Kant en su Crítica de la razón práctica, donde establece la necesidad de un principio moral a priori, el llamado imperativo categórico, derivado de la razón humana en su vertiente práctica; en la moral, el hombre debe actuar como si fuese libre, aunque no sea posible demostrar teóricamente la existencia de esa libertad.
Kant trató de unificar ambas "Críticas" con una tercera, la Crítica del juicio, que estudia el llamado goce estético y la finalidad en el campo de la naturaleza. Cuando en la posición de fin interviene el hombre, el juicio es estético; cuando el fin está en función de la naturaleza y su orden peculiar, el juicio es teleológico. A pesar de su carácter oscuro y hermético, los textos de Kant operaron una verdadera revolución en la filosofía posterior, cuyos efectos llegan hasta la actualidad.
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